
Sin un acuerdo sobre la reducción de emisiones de gases, pero sí sobre el incremento de la ayuda para el desarrollo y la lucha contra el sida, la malaria y la tuberculosis en África, finalizó la cumbre de los siente países más industrializados y Rusia, más conocida como la cumbre del G8.
Al culminar la cita los mandatarios presentes hicieron un "balance positivo" del encuentro, en que los ocho países han prometido más ayuda al desarrollo. Por su parte, las organizaciones ecologistas criticaron los acuerdos, porque los consideraron insuficientes.
Ángela Merkel, Canciller de Alemania, indicó estar satisfecha con el encuentro y expresó su intención, como presidenta del G-8, de seguir trabajando en los avances logrados.
Por su lado, Japón y Estados Unidos no dieron durante el encuentro una respuesta afirmativa a la declaración de intenciones políticas adoptada por los otros seis miembros del grupo de disminuir en un 50% las emisiones de gases de efecto invernadero de aquí al 2050.
Ecologistas en pie de guerra
Organizaciones No Gubernamentales de diversos sectores, criticaron los acuerdos sobre la ayuda al desarrollo y en materia medioambiental, ya que indicaron que eran insuficientes.
Los activistas ecológicos criticaron que los países más industrializados del mundo, de no haber logrado ningún compromiso contra el cambio climático, además de que tampoco se está avanzando por la desmilitarización de los países en vías de desarrollo.
África no fue olvidada
Uno de los tantos temas tratados en la cumbre del G8, fue el aumento en la ayuda al desarrollo y el apoyo económico a África. El proyecto aprobado de lucha contra el sida, la malaria y la tuberculosis (60.000 millones de dólares), supone que los miembros del G-8 han hecho evidente su responsabilidad y preocupación por los hechos que ocurren en el continente africano.